En el último post les conté un poco los planes que tengo para este año y una de las cosas que les decía es que quería probar (y reseñar) hamburguesas que realmente valgan la pena, o al menos que prometan eso. Y así llegué a Fat Broder, ubicado en Palermo pero no en la zona más gastronómica de ese barrio.

Llegué porque este local, que abrió hace un par de meses, está haciendo mucho ruido y haciéndose fama de groso muy rápidamente. Además vi que lo estaban probando y recomendando fuertemente varios de mis compañeros hamburgueseros. Así que el otro día volviendo del centro aproveché para hacerles una visita rápida pero emocionante! Fui solo, caí a eso de las 19:15hs, todavía era de día y me esperaba el local vacío pero sin embargo ya había algunas personas, sobre todo en la calle tomando birra.

El local es chiquito pero muy lindo, con la cocina a la vista. Me hizo acordar un poco al de Burgertify por el tamaño y por cómo se ve la plancha pero tiene una decoración un poco más cool, hay que decirlo. Y al igual que con el caso de “tify” a mí no me sorprendería para nada que de acá a muy poco tiempo este lugar les quede chico por la cantidad de clientes que van a convocar teniendo un producto tan pero tan rico!

Las hamburguesas del menú son relativamente pocas pero bien variadas. Yo, en general, prefiero los lugares con pocas opciones. Creo que salvo excepciones, el que mucho abarca poco aprieta. La onda para mí es “mantenelo simple y hacelo bien”. Y eso es precisamente lo que están haciendo los chicos de Fat Broder (que obviamente son hermanos entre sí). Todas las hambus vienen con dos patties finitos de 90 gramos. Si, parecido a lo que hace Dogg y de hecho la hamburguesa en sí es de un tamaño muy similar también. Pero el sabor no, es distinto.

Fat Broder, creo yo, tiene su propia identidad y se la jugaron con varias cosas: primero el pan de papa que estaba genial! Bien húmedo y compacto, es ese pan tipo Shake Shack que una vez que lo apretás ya no vuelve a su posición original. Es riquísimo a pesar de estar repleto de semillas. Semillas que no me molestaron para nada en este caso. También se la jugaron con un detalle que yo noté a los pocos bocados. Empecé a sentir un poquito de picor y mi paladar me dijo “acá hay pimienta”. Y si! Era así… pregunté y me dijeron que les ponen un poquito a todas. Así que amigo, si sos anti-pimienta lo siento por vos que te lo perdés, acá acordate de pedir que no te pongan… pero yo amo la pimienta negra y ese toque para mi le quedó espectacular a la hamburguesa.

Y con lo que más se la jugaron, por lejos… es con el punto de cocción de la carne. Es uno de los únicos locales de la ciudad en donde podemos comer hamburguesas bien jugosas! El único además de ellos que se me ocurre es, obviamente, La Birra. Pero acá las sacan más rojitas todavía! Ésto es groso, es disruptivo diría. Espero que sea un aporte incluso para ir cambiando de a poco el paladar (y la cabeza también) de los argentinos que tanto prejuicio le tenemos a la carne poco hecha. En nuestro país el punto de cocción por defecto en casi todos lados es “punto cartón” jajaja. Qué triste eso! pero en Fat Broder es todo lo contrario, gracias al cielo.

Yo comí una bien clásica. La llaman la Juicy Lucy aunque no es precisamente como se hace originalmente en USA que lleva un patty relleno de queso. Acá son dos medallones y el queso en el medio, así que es una versión libre de la Juicy original con doble queso, doble panceta, pepinillos y cebolla roja. Lo importante es que estaba espectacular. La carne (roast beef) con el toque de pimienta fue una exquisitez y la panceta estaba bien crocante. La próxima visita probaré sin dudas la de queso azul y hongos de pino. Esa combinación no puede fallar… y también les cuento que dicen los que la probaron que es excelente la hamburguesa de pollo! El que se anime que la pruebe y después me escribe.

Las papas fritas quizás no resaltan demasiado pero cumplieron muy bien, estaban muy bien hechas y también con el toquecito de la pimienta. Además tienen varias salsas caseras… yo probé la de cilantro y la de berenjenas ahumadas y muy buenas las dos. Pero la verdad es que al sándwich no le agregué nada. Esto es algo que aprendí a hacer hace poco, primero pruebo y veo si le “hace falta” algo más… lo ideal con una buena hamburguesa sería que no haga falta aderezarla… y fue exactamente lo que pasó acá, ya era un sabor redondo, casi perfecto. Así que las salsas solo las usé para embeber alguna que otra papa frita.

Los precios los van a ver en las fotos del menú. No es de las más económicas y no es enorme. Es una hamburguesa que en un día de mucho apetito puede llegar a quedar corta pero tiene una calidad y un sabor increíbles! Así que no les quito más tiempo, no se pueden perder esta hamburguesa espectacular. Esperemos que no decaiga y que mantengan ese punto de cocción rojito que es una gran novedad para esta ciudad de carne “punto cartón”. Nos vemos en la próxima entrega…

Me gustó: el pan es hermoso; la panceta bien crocante y el punto de cocción de la carne es casi único en esta ciudad.

No me gustó: nada, quizás las papas estaban demasiado saladas pero seguramente fue algo del momento.

https://www.facebook.com/fatbroder/?rf=161711314384300

 

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